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Viernes 24 de noviembre de 2023
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Documento de trabajo del MAS que desde mediados de los noventa del siglo XX se desarrolla y actualiza de acuerdo a los nuevos contextos.
En el año 2001 Dña. Elvira Quijano González-Camino toma la decisión de donar el MAS esta importante obra de José Gutiérrez Solana de su propiedad. En el ofrecimiento, median su ahijada, Elvira Carral Quijano y su marido, Javier Barón Thaidigsmann. Ambos hablan con el director del museo planteándole la cuestión. Salvador Carretero se traslada a Madrid, para conocer a la donante y a su marido, a la vez que para poder ver la obra objeto de la decisión. Los trámites son inmediatos y la donación es diligentemente aceptada, hecho que tiene lugar en abril de 2001.
En el verano de 2001, el entonces alcalde de Santander, Gonzalo Piñeiro, recibe en su despacho a Dña. Elvira Quijano González-Camino y a su marido que, acompañados del director del MAS, reciben el profundo agradecimiento de la ciudad de Santander ante tamaña generosidad. Solo había una única condición, justa y razonable: su propietaria deseaba seguir disfrutando en vida de la diaria y cotidiana contemplación de esta obra hasta el día de su fallecimiento, momento acordado para que la pintura recalara en el MAS.
El pasado 6 de octubre de 2015 fallece Elvira Quijano González-Camino. Desde ese momento se pone en marcha el protocolo normal para trasladar la obra desde Madrid al museo de Santander, a donde llega la obra el jueves 28 de enero de 2016.
El MAS ya tenía decidido con antelación organizar una pequeña e intensa muestra de José Gutiérrez Solana en su Espacio Génesis, como consecuencia del extraordinario depósito permanente de otra importante pintura de Solana que había sido ofrecida al MAS y que también se acepta de forma inmediata. Todo parecía coincidir para que el genial artista español de ascendencia cántabra, las respectivas familias de ambas piezas, el generoso depósito y la llegada de la extraordinaria donación, confluyeran en una curiosa muestra organizada por el MAS, a la que también llegada otro préstamo sensacional, la pintura titulada Un mascarón, y otra obra pictórica del norteamericano posmoderno David Salle titulada Títeres. La gran pintura de Los traperos propiedad del propio MAS junto con dibujos y grabados de la propia institución, complementan la nueva lectura reivindicativa del clave artista español de la primera mitad del siglo XX que el MAS ofrece a través de este proyecto.
No está de más recordar que el MAS, en su historia y desde su fundación allá por 1908, ha recibido en propiedad numerosas e importantes donaciones de obras artísticas, fruto de la constante generosidad de tantos y tantos benefactores a la institución, al Ayuntamiento de Santander, a su ciudad y región. Todos estos benefactores constan en la entrada del MAS en su vestíbulo, como obligado detalle de justicia y recuerdo a la generosidad de todos ellos.
En cualquier caso, esta donación es sencillamente singular por extraordinaria, pasando a ser una de las grandes obras de la colección del MAS. La generosidad de Dña. Elvira Quijano González-Camino a quien hoy y ya para siempre recordamos y agradecemos, es infinita, hecho y decisión que define la extraordinaria calidad humana de la donante y su sentido de lo público y social, ya que esta pintura será disfrutada por miles y miles de visitantes de hoy y mañana.
La obra formará parte de la exposición temporal Solana ¿simbolista? que fue inaugurada en junio, y permanecerá expuesta hasta el 18 de septiembre.